jueves, 25 de agosto de 2011

El camino del trovador

Existen una serie de palabras que suelen ser las últimas en aprenderse ya que pertenecen a un campo muy selecto del idioma pero cuyo interés no deja de ser atrayente. Entre ellas, para mí figura la palabra española trovador, que en inglés tiene un origen francés en troubadour.
No es extraño que hayan escogido el término francés, puesto que fue en Francia donde se dio el fenómeno de los primeros trovadores.
Se entiende por trovador como el cantautor poético, que iba por las cortes cantando sus propias composiciones de un estilo sublime y refinado. El tema solía ser amoroso y solía referirse a la frustración de no poder unirse carnalmente a la dama.
En español, el término nos ha llegado mucho más directamente de la lengua en donde sobresalían los mejores trovadores: el occitano (o antigua lengua de oc). Casi se podrían decir que fueron ellos los que remacharon el concepto casi tan masoquista que tenemos del amor (siempre unido a la idea de sufrir).
El caso es que en occitano, lengua casi extinta, se escribía trobar (tal cual se dice hoy en catalán). Es una evolución del latín trŏpus, que a su vez llegó del griego trópos (figura literaria). De devanarse los sesos de inventarse composiciones literarias, en la lengua catalana trobar hoy en día significa 'encontrar'.
Eran un poco cantamañanas estos trovadores, ¿no?

Llorenç Garcia

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